martes, 28 de julio de 2015

Salvemos las palmeras



Por favor, salvemos las palmeras.
Hoy es 17 de febrero y, la prensa de hoy, en distintos puntos de España, da cuenta de los estragos que, sin descanso ni pausa, está produciendo el picudo rojo en las palmeras y, además, señala con razón, que la falta de interés y el desorden reinante  por parte de las Autoridades responsables de su control, hacen que el picudo se desarrolle ‘a sus anchas’.

La prensa de Orihuela publica un artículo titulado ‘El picudo invade el Palmeral’ que me permito copiar el primer párrafo. Lo hago con la sana intención de que puedan opinar Vds., aunque, en este caso, sea ‘en silencio y para sus adentros’.
“En un paseo por el Palmeral, el segundo más importante de Europa y declarado Bien de Interés Cultural, se puede comprobar como muchas de sus palmeras se marchitan poco a poco y esta situación solo responde a una razón: que están parasitadas por el picudo rojo.

Este insecto campa a sus anchas por este enclave natural y no para de reproducirse alimentándose de las palmeras a las que accede por la balona o cabeza, las raíces aéreas «y hasta por el tronco», critica Emeterio Navarro, un vecino de San Antón, experto en este enclave y ex asesor del Ayuntamiento de Orihuela. Son muchas las plantas que han perdido su fuerza y cuyas ramas ya se desprenden fácilmente de la planta porque en su interior se están criando las larvas del picudo rojo «que se van comiendo hasta que acaba con ésta, porque la palmera es su principal alimento»”.
Es  desesperante, cuando menos, el desmadre que se ha montado en algunos Ayuntamientos con el tema del picudo rojo que, salvo un milagro, nos va a dejar sin palmeras. Es claro que si desaparecen las palmeras nadie va a morir. Simplemente, cambiaria nuestro horizonte, nuestro paisaje y poco más. Lo mismo ocurriría si se quemara el Museo Miguel Hernández de Orihuela, la catedral de Santiago de Compostela, la catedral de Murcia o las Pirámides de Egipto, si es que se pueden quemar, pongo por caso. Eso ocurrió con el incendio que destruyó la Biblioteca de Alejandría. Nadie murió a pesar de la irreparable pérdida que supuso para la humanidad.

Orihuela nació, como tantos pueblos de nuestra tierra, a la sombra de milenarias palmeras que, ahora, han sido declaradas Bien de Interés Cultural. La palmera forma parte, desde hace siglos, de nuestro entorno. Hasta donde alcanzan mis recuerdos la palmera ha marcado mi horizonte. Su majestuoso perfil siempre estuvo presente en él.
Forma parte de nuestro patrimonio y tenemos la obligación moral de mantenerla ente nosotros. Ella solo se dedicó a desarrollar  belleza para sorprender y pensando que sería suficiente para estar siempre en este mundo y no se le ocurrió desarrollar armas con las que defenderse de picudos. Se veía tan bella que, pensó, nadie, ni nada, se atrevería a perturbar mi vida ni mi belleza.

En otros lugares tienen, monumentos o vestigios de otras civilizaciones, catedrales, pirámides etc., y las Autoridades correspondientes tienen establecido unos protocolos de actuación para cada situación anormal que pueda presentarse y se hace de la forma más natural y, además, todo el mundo entiende que tienen que ser así.
Termino con el primer párrafo de otra noticia publicada en el Diario de Huelva.

Aseguran que la "dejadez" del Ayuntamiento a la hora de aplicar el protocolo contra la plaga puede conllevar sanciones por "incumplimiento de la normativa". La plaga ya ha arrasado otros municipios como Huelva o Ayamonte”.

Si siente simpatía por las palmeras aquí tienen un tema interesante.
Y así, con este trajín, hasta otro día.

El picudo de este año


Hola, hoy es 17  de octubre. Ya ha llovido, nunca mejor dicho, desde mi último post, 20 de abril de 2014, recuerdan, no?

Lo ocurrido, durante este tiempo, ha sido muy diferente a lo que había previsto. La previsión era que las palmeras que se contaminaran con picudos no serían tratadas hasta agosto y, de hecho, una de ellas se contaminó mientras las restantes  se han mantenido sanas.

La curiosidad que puedo rescatar de este periodo  es que la palmera contaminada, por la razón que sea, dejó de estarlo, ignoro si los picudos murieron, es lo más probable, o, por el contrario, abandonaron la palmera.
Cuando el 20 de abril escribía mi último post imaginaba, con enorme entusiasmo,  que este post, el de hoy, cuando lo publicara, estaría plagado de nuevas ideas y experiencias. Siento que no haya podido así, el picudo, con su comportamiento, no lo ha permitido.

Durante este tiempo he visto sólo a dos picudos. El primero a mediados de agosto, con vuelo torpón e inseguro, se me acercó tanto que, con un manotazo le obligué a realizar un aterrizaje de emergencia y allí terminó su vida. El segundo, a final de septiembre. Este lo encontré muerto a cuatro metros de la palmera más cercana.

En mis contactos vecinales y con poseedores de palmeras me han comentado que, en general, este año, ‘el tráfico’ de picudos ha sido muy baja y esto si es importante si somos nosotros la causa.

Otra curiosidad, y susto, es que en agosto descubro que en la base de una de las palmeras había una ‘escombrera’ de materia orgánica de la palmera. Ésta ya habían sido castigada, el año pasado, con el asedio del picudo. Pueden imaginar. Me transformé en ‘laboratorio humano’ y en décimas de segundo los ojos y las fosas nasales se agrandaron de forma exagerada, eché la rodilla a tierra y……descubro que la materia orgánica que había en el suelo había sido depositada por una legión de hormigas que habían decidido usar, como hogar seguro, una galería que habían  realizado los picudos el pasado, o años, anteriores.

En los próximos días, como hice el pasado año, sin esperar días fríos, voy    podar las palmeras. Este año de forma memos severa que el pasado. La poda del pasado año me ha permitido, en éste, desarrollar, plena y uniformemente,  el césped.

Y ahora que me había provisto de una colección de ‘fonendoscopios’ para poder ‘escuchar’ hasta el último ‘hálito’ de vida de los moradores de las palmeras  éstos, los picudos, me dejan ‘en el paro’. Nunca se puede estar seguro. La cosa, aparentemente más insignificante, te hace cambiar tus planes. A pesar de todo estoy feliz y me pregunto, no estaremos en la antesala del final del picudo?

Finalmente comentar que me ha llegado información que asegura que se ha disparado la venta de pimienta de cayena. Esto me hace feliz. Los amigos que me leen, que nunca pude imaginar tantos, me creen, usan la cayena y protegen, de forma segura, sencilla y económica, a sus palmeras.

Y así, con este trajín, hasta otro día.

El picudo la palmera y yo


El picudo la palmera y yo

Hola,  hoy es miércoles 5 de noviembre de 2014.  Hoy quiero contarles lo acontecido en estos últimos días con relación a las palmeras,  al picudo, y a mí, que también formo parte en la tarea de mantener las palmeras sanas y aseadas.

En primer lugar,…  ayer preparé un nuevo post que se negó a ser publicado. No sé qué demonios hice cuando lo estaba publicando, misteriosamente se borró, debido, seguro, a una mala operación. El que estoy preparando ahora será en sustitución de aquel y, como ocurre siempre,  sólo se parecerá en lo esencial.  Si, ya sé que esto, lo que acabo de escribir, no tienen nada que ver con el picudo, ni las palmeras, tiene que ver conmigo, que también tengo derecho a mis desahogos, o no?

El día 21 de octubre, con una temperatura de 31 grados lo elegí como ideal para comenzar a podar las palmeras en contra de lo recomendado de hacerlo en un frio día de invierno. Con esta actitud  quiero ‘tensar’ la relación del picudo con mis palmeras. Con el tiempo que llevo tratando el picudo he llegado a la conclusión, muy razonada, que cuando le pierdes el miedo  descubres que es un ‘cobardica’. Representa, para mí, una activada más de la huerta, es decir, una tarea más, además de regar, abonar, sembrar, sulfatar, recolectar, cosechar o podar. Soy huertano, un  privilegio!!

Durante este año, las palmeras, siguiendo su ciclo vital, han crecido mucho. Yo, por la misma razón, siguiendo el mío, he decrecido, soy menos alto. El resultado es que para poder podar las palmeras he tenido que utilizar una escalera. La escalera y la utilización de herramientas como corbillón, motosierra, serrucho, tijeras de poda de gran tamaño, etc., no son compatibles con la escalera a pesar de encontrarme ‘cómodamente’ instalado sobre ella.

A mediodía, con siete palmeras podadas, me encontraba destruido y muy dolorido. La mano izquierda inflamada a causa de un profundo pinchazo, y con múltiples pequeñas heridas. Para información  general…. los pinchazos de las palmeras son muy dolorosos durante mucho tiempo.

Desde la publicación de mi último post he meditado sobre los resultados obtenidos y el comportamiento del picudo durante este pasado verano. Recuerdo, y espero que Vds. también, lo comentado en uno de mis post sobre la palmera de ‘los cuatro picudos muertos’. Esta es una palmera que después de mucho tiempo de haber sido tratada con pimienta de cayena encontré cuatro picudos muertos en el suelo.  A principios de verano descubro que en una palmera, los picudos, han hecho una entrada y en ella he visto picudos que ahora han desaparecido. En mi último post doy cuenta de que este verano sólo he visto dos picudos, uno lo maté de un ‘manotazo’ y otro lo encontré muerto. La pregunta que me hago, todavía sin respuesta, los picudos encontrados muertos murieron por muerte natural o fue a causa de los tratamientos que se habían  hecho a las palmeras con anterioridad a pesar del tiempo transcurrido?

Con el paso del tiempo ‘navegando’ en contra de los picudos encuentras soluciones que al principio no podías ni imaginar Al principio todo lo ves negro, no ves las palmeras, sólo picudos. Es lo que me ocurrió a mí, me quedo sin palmeras, pensaba.

Ahora vivo tranquilo y sosegado aunque vea picudos. He llegado a la conclusión de que lo más importante, más que el tratamiento, que también, es descubrir lo antes posible su presencia.  Los picudos para destruir una palmera hacen ruido, mucho ruido, y durante mucho tiempo, y así será hasta que descubran como roer palmera con ‘sordina’ para hacerlo en silencio. Hasta que la Naturaleza los dote de esta facilidad, que supongo muy lejana, es cuestión de estar atentos.

Empecé apoyando la oreja al troco de las palmeras, ahora dispongo de un fonendoscopio, a modo de oreja gigante, y con él es fácil descubrirlos, incluso en la zona donde se encuentran. Si Inyectas pimienta de cayena en esta zona su muerte es fulminante.

Como los picudos no están permanentemente ‘royendo’ es fácil que pasen, en una primera pasada, el control de ‘la oreja gigante’ pero en alguna de las siguientes se descubre.  Cuando descubra la existencia de picudos no se alarme, dispone de mucho, muchísimo, tiempo para combatirlos y de infinidad de productos para hacerlo, además de la pimienta de cayena.

Y así, con este trajín, hasta otro día.