sábado, 20 de octubre de 2012

Pulso al Picudo


 
Hola, hoy es 20 de octubre y lloviendo. Hoy quería escribir sobre el ‘pulso’ que le voy a echar al picudo.

El día 21 de abril publiqué un post del que copio el siguiente párrafo. ’’En este momento estoy realizando el siguiente experimento. He cortado veinte palmas a una palmera, a pesar de saber que no es el tiempo más apropiado, y la he fumigado con cayena. Quiero comprobar si esta fumigación sirve para que el picudo no las detecte o descubra. Esta es una más de las muchas que he realizado. Es verdad que no me preocupa, especialmente, en este momento, que pudiera entrar alguno en la palmera’’.

El resultado de este experimento es que la palmera no ha sido atacada por picudos y se encuentra sana.

Animado por este resultado podé, días atrás, nueve palmeras, que por miedo al picudo, estaban sin podar durante tres años. A cada una le he cortado, de media, 25 palmas.

En unos días, cuando el tiempo ‘escampe’, deje de llover y el sol se haga nuevamente dueño de la situación voy a fumigar los cortes de las palmas que he podado. Se trata de echarle un nuevo pulso al picudo, pero esta vez, con más posibilidades de que entre en alguna por el mayor numero de cortes existente.

Hasta que los cortes se sequen y endurezcan  tendré que vigilar diariamente para detectar cualquier anormalidad. Tampoco sería un problema si algún picudo ‘se colara’ en alguna palmera si realizo, como voy a realizar, tratamientos periódicos incluido el invierno.

En invierno, en contra de lo que pueda pensar, es la mejor época para ‘cargarnos’ al puñetero picudo, cuando se encuentran todos, en cualquier fase de su desarrollo, dentro de la palmera y además, durante más tiempo. Nosotros también disponemos de más tiempo para ‘macearlo’ más veces.

Con la llegada del buen tiempo se distribuyen de forma paulatina, pero sin cesar, en busca de nuevas palmeras. En esos días, hasta ahora, todo el mundo se dedica a fumigar y desde luego no con muy buen resultado. Los picudos, aunque mueran muchos, siempre nos ganan, hasta ahora.

Por esto les animo a que, durante este invierno, demos la gran batalla al picudo manteniendo permanentemente protegidas, mediante inyectables, a las palmeras.

Terminemos con el picudo. Si queremos, podemos.

Y así, con este trajín, hasta otro día.