lunes, 25 de junio de 2012

Los picudos, esos puñeteros!


Los picudos, esos puñeteros!

Como comenté en un anterior post, el 19 de junio estaba programado como día de tratamiento de mis palmeras, con inyección de agua y pimienta de cayena y así se hizo, se cumplió el programa. No iba  a programar incumplimientos.

Lo que observo es que, excepto dos picudos que he encontrado muertos en la terraza, igual que comentaba en mi anterior post, no veo picudos por ninguna parte. Parece que se han asustado y no aparecen por aquí. La última revisión a las palmeras la he hecho antes de sentarme delante de la máquina, son las 15 horas, sol de justicia y 34º. La hora de revisión no es casual, siempre elijo la que supongo  más calurosa de la jornada. El calor moviliza a los picudos, lo hacen paseando, que también les gusta, o volando, a pesar de ser unos malos voladores. Volando son un desastre, no saben ni a donde van ni siquiera si llegarán. Son rústicos, torpones y verlos aterrizar es un poema. Una de las observaciones con la que mas disfruto es verlos tranquilamente posados en la palmera y, en un momento mágico, se desploman, pierden el control, y caen a plomo. A partir de este momento quedan inmóviles y pasado un tiempo comienzan a mover las patas hasta que por fin mueren. Una, para mí,  curiosidad es que solo mueven las patas de un lado. En las observaciones que he realizado siempre ocurre que las patas del lado izquierdo, visto boca arriba, con las patas al aire, no se mueven. El último que observé estuvo horas moviéndose, ‘en coma’, imagino, antes de entregarse y morir.

Así que, de momento,  tranquilidad y a esperar vigilante, pero tranquilo, durante todo el verano y proceder según se manifieste nuestro huésped. Siempre es bueno tener, o disponer, de cayena molida, de uso rápido.

Y así, con este trajín, hasta otro día.