miércoles, 28 de marzo de 2012

El picudo, fumigado con cayena


Ahora que conozco  el ciclo vital del picudo no puedo dejar de imaginar lo que  les hubiera ocurrido a mis palmeras si no es porque, por casualidad, las fumigué con cayena, como comentaba en un blog anterior, y murieron más de cien picudos en una sola palmera.

Copio de internet la siguiente información.
‘’ Las hembras ovipositan aproximadamente de 50 a 200 huevecillos en los agujeros que ellas mismas o el macho hacen al alimentarse o en las labores culturales que se hacen en forma errónea al cortar las palapas de las palmeras para su limpieza.

En estado de pupa que duran aproximadamente de 14 a 28 dias las larvas dejan de alimentarse y forman un capullo con las fibras de las palmas de formas cilíndricas redondeadas de tamaño variable dependiendo la larva.

Adulto. es un escarabajo de color negro metálico con apariencia aterciopelada que dependiendo de la edad muestra unas escamas acanaladas desgastadas y es una referencia para distinguir adultos viejos de los jóvenes. Se distinguen fácilmente los machos de las hembras por una prolongación en su rostrum mas grueso con una pequeña protuberancia o joroba’’..
Si tenemos en cuenta que murieron más de cien picudos, que guardo todavía, y operamos con los datos que figuran en el informe copiado es fácil imaginar cómo estaría en estos momentos la palmera.

Para tratar de explicar como la palmera, a pesar de haber estado asediada por el picudo durante todo el verano, se encuentra en perfecto estado recurro a la lógica aplicada a este caso.
Los picudos cuando se posan en una palmera que ha sido fumigada con cayena, que este es mi caso, caen inmediatamente al suelo y allí mueren. No les da tiempo a poner huevos y no infectan la palmera.

La frecuencia de fumigaciones fue cada 15 días, no conozco todavía el periodo de tiempo en el que es efectiva la cayena, y empleé una maquina de mano, pequeña, dos litros de capacidad que funciona a baja presión.

A los picudos que tengo guardados en un recipiente he tratado de hacer una foto para enriquecer este escrito pero presentan un color negro intenso y han disminuido su volumen de forma considerable por lo que he decidido no tocarlos.

La palmera que tengo infectada, ocurrió porque nunca vi picudos cerca de en ella y no la fumigué pensando que no había peligro. No le preste la atención que necesitaba. Ahora se encuentra en tratamiento. Le he inyectado, hace unos días, 500 cm3 de agua con una cucharada de pimienta de cayena. En las revisiones diarias que realizo he observado que, a pesar del líquido que he inyectado, la parte baja del tronco, antes húmedo, ahora se encuentra seco. Esto es, para mí, una buena señal.
Y así, con este trajín, hasta oro día.